Uno de los sectores económicos que más profundamente se ha visto impactado por la pandemia del COVID 19 ha sido el del comercio internacional. Producto de esto y de los desbalances entre picos de demanda mundiales, las empresas usuarias de los servicios de comercio exterior enfrentan un aumento histórico de tarifas marítimas que no tiene pronósticos de volver a las bajas tasas previas al 2020. La pandemia desencadenó una serie de eventos que en conjunto provocaron un aumento acumulativo en el costo de un solo flete marítimo, que se calcula entre un 400% y un 1000%, con tarifas pasando de $1500 o $2500 los contenedores de 40 pies, hasta llegar a tarifas de $12.000.
Entre los principales factores de afectación están:
1. Aumento de Comercio Electrónico,
2. Necesidad de insumos para la pandemia,
3. Cuellos de botella en los puertos,
4. Oligopolios en las cadenas de transporte y distribución y
5. Aumento de los precios del petróleo. China actualmente está obligada a cumplir con contratos de exportación de cereales y granos a muy largo plazo con precios del flete marítimo estables, una estrategia que desplegó para recuperar y proteger su economía agrícola, y esto ha causado que este país llegue a pagar incluso buques vacíos para asegurar las entregas.
Esto provoca que los buques lleguen a los puertos pero regresen de inmediato sin poderse llenar, lo que a su vez aumenta drásticamente el costo de los contenedores que sí están disponibles. A su vez, Estados Unidos está acaparando contenedores vacíos en Estados Unidos que no bajan a las rutas latinoamericanas.