El informe proporciona la evaluación de la UNCTAD de los impactos potenciales de las medidas a corto plazo acordadas por los miembros de la Organización Marítima Internacional (OMI), que requieren que los barcos reduzcan sus emisiones de gases de efecto invernadero.
Las medidas, que se espera entren en vigor el 1 de noviembre de 2022, son parte de la estrategia de la OMI para reducir la intensidad de carbono en el transporte marítimo internacional en un 40% para 2030, en comparación con 2008. El informe subraya que lograr los objetivos de descarbonización es «crucial para el desarrollo sostenible en un ecosistema global cada vez más frágil, interconectado y complejo».
La industria del transporte marítimo, un sustento del mercado global que distribuye más del 80% del comercio mundial de mercancías, enfrenta el doble desafío de reducir su huella de carbono y desarrollar su resiliencia y agilidad frente a impactos inevitables. Sin embargo, navegar a través de la transición energética alejándose de los sistemas de combustión que dependen de combustibles fósiles sigue siendo un desafío importante para la industria y las naciones más pobres.
Las medidas de corto plazo de la OMI implican posibles cambios desiguales en los flujos comerciales de los países (importaciones y exportaciones) y el PIB, según el informe. La investigación de la UNCTAD muestra que los PEID pagan el doble del promedio mundial por el transporte de su comercio, en parte debido a su lejanía y menor conectividad de transporte marítimo. Estos factores aumentan su vulnerabilidad a las interrupciones y al aumento de los costos comerciales.
Link de Referencia: https://unctad.org/system/files/official-document/dtltlb2021d2_en.pdf