La Comisión Europea presentó una propuesta de criterios contra el greenwashing o lavado verde, que corresponde a una estrategia utilizada por algunas empresas para confundir a los consumidores en cuanto a las prácticas ambientales que emplean o a los beneficios que brinda el producto o servicio en relación con el ambiente.
La propuesta de la Comisión Europea busca que los consumidores tengan mayor claridad y garantía sólida de que los productos que compran son realmente sostenibles. Dentro de ésta se contempla que exista una declaración ecológica sobre los productos o servicios a respetar y normas mínimas sobre la manera de fundamentar y comunicar las afirmaciones sobre sostenibilidad. También, se incita a las empresas a que fabriquen los envases con un 30% de plástico reciclado. En el caso de la industria alimenticia, se busca la implementación de etiquetas ecológicas o logos que identifiquen los productos cuya sostenibilidad es fidedigna.