La legislación química de registro, evaluación, autorización y restricción de productos químicos de la Unión Europea busca evitar la liberación de alrededor de medio millón de toneladas de microplásticos al medio ambiente, limitando la comercialización de productos que contienen intencionalmente estas partículas y que las liberarían durante su uso.
Se restringen productos como el material de relleno granular usado en superficies deportivas artificiales, cosméticos (con microperlas, etc), detergentes y suavizantes de ropa, escarchas, fertilizantes, productos fitosanitarios, juguetes, medicamentos y dispositivos médicos.