El desarrollo de capacidades tecnológicas puede ayudar a los países a escapar de la dependencia de la exportación de productos básicos. Costa Rica como Modelo. – Cámara de Comercio Exterior de Costa Rica y de Representantes de Casas Extranjeras

El desarrollo de capacidades tecnológicas puede ayudar a los países a escapar de la dependencia de la exportación de productos básicos. Costa Rica como Modelo.

En 1965, los productos alimenticios representaban el 83% del total de las mercancías exportadas por Costa Rica. El café y el plátano por sí solos representaban cerca del 68%, frente a sólo el 7% que representaban los productos manufacturados. Pero cuatro décadas después, la cesta de exportaciones del país había cambiado drásticamente. La contribución del sector alimentario había descendido al 24%, y el principal producto de exportación serían los microcircuitos electrónicos (26% del total de las exportaciones de mercancías), seguidos de las piezas y accesorios de máquinas (15%). La diversificación de las exportaciones y las importaciones de nuestro país ha sido posible gracias a un entorno político que apoya la tecnología, la innovación y el capital humano necesarios, primero para diversificar los productos alimentarios de mayor valor, como los jugos de frutas, y luego para establecer y desarrollar sectores de alta tecnología.

 

 

Según el último informe de la UNCTAD sobre ‘’Productos Básicos y el Desarrollo 2021’’, los países en desarrollo cuyas economías dependen de los productos básicos deben mejorar sus capacidades tecnológicas para escapar de la trampa que deja a la mayoría de sus poblaciones en la pobreza y la vulnerabilidad. En 2019, cerca de dos tercios de los países en desarrollo dependían de los productos básicos, lo que significa que al menos el 60% de sus ingresos por exportaciones de mercancías procedían de bienes primarios, como el cacao, el café, el algodón, el cobre, el litio y el petróleo.

 

Un factor común en todos los casos exitosos, según el informe, es el papel activo que desempeñaron los gobiernos «para lograr un fuerte compromiso con el cambio del statu-quo y poner en marcha los recursos necesarios para avanzar.» Una fuerte voluntad política y una visión a largo plazo son cruciales porque una transformación tecnológica estructural lleva décadas, y hay que superar muchos retos. El diseño y la aplicación de las políticas de ciencia, tecnología e innovación deben ser responsabilidad de todo el gobierno, ya que los distintos ministerios y organismos se encargarán de la labor necesaria para construir un ecosistema de apoyo, esto incluye la mejora de las infraestructuras físicas, como las conexiones fiables de electricidad e Internet, y de las infraestructuras no físicas, como las normas y reglamentos que rigen la innovación y la adopción de tecnologías. También implica la creación de instituciones de investigación y desarrollo y la obtención y mantenimiento de la estabilidad macroeconómica.

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